Durante nuestra vida estamos continuamente enfrentándonos a situaciones en las que otros deben darnos una respuesta. Si aprobamos o no el examen, si podemos ir al cine con los amigos, si nos aceptan en el grupo de amigos, si somos correspondidos por la persona que queremos, si los proyectos que presentamos en el trabajo son aceptados, si nos aceptan el préstamo hipotecario de nuestra primera casa, … y un innumerable sin fin de situaciones.
Cada persona en su historia ha tenido un número de síes y de noes. Cada uno de nosotros ha ido afrontando de la mejor forma posible los rechazos y los éxitos.
De forma general lo importante no es el número de síes o noes que recibimos, sino la forma en que nos enfrentamos a ellos. Si uno recibe constantes negativas, pero consigue enfrentarse a la situación de forma positiva y levantarse, trabajará hasta conseguir el sí.
Generará una resiliencia al no, que le hará fuerte. Si se deja vencer por el no y no lo vuelve a intentar, quedándose con esta respuesta, difícilmente conseguirá sus objetivos, cualquiera que estos sean.
En el caso de personas en búsqueda de empleo, el no y sobre todo la acumulación de noes, provoca gran frustración. Hay que considerar, que en esta situación siempre se recibe un no por respuesta hasta que se obtiene el si del nuevo trabajo, por lo que no vamos a tener buenas noticias que compensen las malas, y nos haga con ello más fácil mantener la motivación.
En todas estas situaciones, esperamos que nos respondan claramente, y que la respuesta sea si. En caso afirmativo, no pedimos que nos lo justifiquen ya que hemos conseguido nuestro objetivo.
Ahora bien, cuando la respuesta es no, lo que esperamos, deseamos, queremos y necesitamos es que nos lo argumenten. La verdad es que la realidad no siempre se corresponde con nuestros deseos.
En la mayoría de los casos no nos dicen la causa, o lo que nos dicen no nos gusta ni es justificación para nosotros. Por el contrario, otras veces la justificación se ajusta a lo que nosotros creemos.
Sólo en este último caso nos quedamos tranquilos. Nos autoafirma en nuestras creencias, “efectivamente no era para mí el puesto”.
En los 2 primeros casos, nos enfadamos con el entrevistador, por el poco trabajo que se han tomado o por lo equivocado que está. Sobre todo, en una situación tan importante para nosotros.
Y lo que es peor, nos podemos quedar enganchados a la justificación del no, tomándolo como algo personal, reduciendo nuestra autoestima.
Los comentarios de los entrevistadores son interesantes, pero hay que tomarlos y evaluarlos, dándoles la importancia justa. Son comentarios a una entrevista de 1 hora, sobre un puesto determinado para una empresa en concreto. No es una evaluación de tu carrera profesional y menos de ti como persona. Cada uno sabe cómo lo ha hecho en la entrevista y las habilidades y competencias que se tienen. El dejarnos vencer por los comentarios no nos sirve de nada.
Una vez que nuestra candidatura ha sido rechazada, hay que valorar la experiencia como un paso más en el camino a conseguir el nuevo trabajo. No sirve para nada considerar este rechazo como un signo de fracaso y de la imposibilidad de encontrar un nuevo trabajo, y por tanto tirar la toalla.
El periodo de transición entre 2 puestos es como la Vuelta Ciclista, es una carrera de fondo, con diferentes etapas, que deben de irse pasando sin desfallecer. Lo importante es llegar a la meta final.
Desde la Psicología se ha estudiado y aplicado algunas estrategias para aumentar la resiliencia y que puede ayudar a enfrentarse también a los noes en el proceso de búsqueda de un puesto de trabajo.
A continuación, enumero algunas:
1. Hay que ser conscientes de las emociones, positivas y negativas, y manejarlas. Debemos mantener la calma y no dejarnos llevar por el primer impulso emocional. Hay que reflexionar para la toma de decisiones.
2. Busca los aspectos positivos y realistas de la situación. Analiza los negativos para aprender, pero no te estanques en ellos. Sigue adelante.
3. Analiza la situación desde diferentes puntos de vista. Analiza tus emociones y pensamientos, pero también toma distancia, e intenta ponerte en el punto de vista de un observador que te estuviese mirando. ¿qué crees que pensaría?
4. Utiliza la empatía, intenta ponerte en la posición del entrevistador. ¿Qué crees que piensa o quiere? ¿qué está buscando? ¿qué hacías tu cuando has sido entrevistador en un proceso de selección?
5. Reconoce tus puntos fuertes y tenlos siempre presentes. Repítelos de forma habitual. Cuando tenías trabajando los tenías, y ahora también.
6. Explora nuevas soluciones y nuevos planteamientos a la situación. A veces es buenos plantearse los problemas desde cero. Si una estrategia no ha dado resultado, plantea cómo mejorarla y pruébala. No esperes a que sea perfecta. Actúa.
Como habréis podido observar, las estrategias enumeradas pueden aplicarse a la búsqueda de trabajo o a otras experiencias en las que podamos ver rechazada nuestra candidatura o propuesta. Es bueno recordar que, rechazan nuestra candidatura no a nosotros. Suspendemos un examen, no nosotros. Dicen no a nuestra propuesta, no a nosotros.
(*) Definición de Resiliencia: La resiliencia es el proceso de adaptarse y enfrentarse adecuadamente a situaciones adversas, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras.
Para enviar comentarios al Gabinete de Psicología FJRBA puede utilizar el correo electrónico fjrbapsicología@gmail.com
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